Con ésta cerramos el ciclo de cuatro conferencias que distintas asociaciones culturales de Burgos hemos organizado desde la primavera de este año en diversas localidades burgalesas para recordar entre nosotros la figura y obra de don Ramón Menéndez Pidal, efemérides que se conmemorado con el nombre de Bienio Pidalino.
Y, como en los casos anteriores, tendrá lugar en un pueblo, Castrillo de la Reina, que desde hace más de veinte años lleva representando esta obra teatral, manteniendo así la memoria de este cantar épico no sólo entre sus gentes, sino asimismo entre todos los centenares de personas que a lo largo de estos años se han acercado hasta allí para verla en el atrio de su iglesia.
Esta leyenda, muy conocida en el Siglo de Oro de nuestras letras y con pasajes muy recordados entre las gentes del pueblo, fue fundamental en los estudios de Menéndez Pidal, siendo considerada como su primera obra importante e incorporando toda una novedad para aquella época como fue visitar para su estudio los lugares mencionados en ella.
A este aspecto dedicará Raúl Fernández, el conferenciante, parte de su charla. Pocas personas mejor que él para hablar de este asunto, ya que Raúl Fernández fue el coordinador del importante congreso internacional que sobre esta leyenda, organizó años atrás en Salas de los Infantes.
Bien conocido en toda la comarca, conocida antiguamente como alfoz de Lara, no es la primera vez que Raúl se ofrece altruistamente a ello. Y en el recuerdo de todos los asistentes pervive su relato de este poema épico cuando lo narró en Revilla del Campo y, más recientemente, en Cubillo del César, localidad que también él recuerda por el enorme interés demostrado por la gente de ese pueblecito, hasta tal punto que el coloquio posterior fue casi tan largo como la propia conferencia de Raúl.
Con estas anécdotas queremos tan sólo resaltar el interés de este asunto que, aunque de sobra conocido por los naturales de Castrillo de la Reina, seguro que en la narración de Raúl encontrarán amenidad y alguna que otra novedad.
A Raúl Fernández, a Abilio Abad, el director teatral, y, por supuesto, a todo el pueblo de Castrillo de la Reina, nuestro agradecimiento.