Todo empezó durante la canícula, protegidos de ésta y bajo la atenta mirada del vaso de café con leche, con hielo o con cualquier otro invento para sofocar el agobiante calor, con un matamoscas al alcance de la mano para espantar los pesados insectos, una caja de galletas surtidas (no vamos a hacer propaganda gratuita de ninguna marca, ja ja ja), y de vez en cuando todo ello acompañado del correspondiente sorbito de «cava».
Corría el año 1.999, con estos antecedentes y con tamañas viandas siempre había alguno que pasaba a nuestro lado y se unía al corro y a las charlas que allí teníamos. De estos encuentros, hablando de lo divino y de lo menos divino, a alguien se le ocurrió la «genial idea» de hacer algo para que los niños y menos niños, pudieran hacer algo nuevo que rompiese la monotonía que algunos días se vivía en el pueblo.
Por recordar a algunos de estos promotores, diré que allí se encontraban: Carmen, Angel y Mertxe, Manu y Yolanda, Isabel y el que suscribe, Enrique, Santi, Fernando y Mª Jesús, y otros que para evitar dejarme alguno no voy a seguir nombrando pero que también colaboraron.
De estas reuniones y previa consulta a los niños se inició la andadura que nos ha llevado hasta el día de hoy.
Se inició el camino con la formación y creación del «Club Infantil Barbo».
Este club fue el embrión de donde partió todo lo demás, los niños comprendidos entre los 2 y 14 años que había entonces en el pueblo se hicieron socios del club, se hicieron unos juegos para ver como respondía el personal, y ante la buena acogida se empezó a planificar la primera semana cultural.
La creación del mencionado club, llevo consigo y arrastró a otros colectivos que por edades se fueron agrupando y formando asociaciones. Los jóvenes crearon la asociación juvenil «Ajuville». El trabajo de esta asociación ha sido el organizar las fiestas patronales así como la colaboración en la realización por parte de algunos de sus miembros de tareas de control y organización en las diversas actividades que durante las semanas culturales se realizan.
A su vez los mayores con la iniciativa y empuje de los anteriores y de otros (Javier, Soco, Juanito…) que se incorporaron llenos de ilusión y con ganas de mover y de dinamizar la vida de Villegas, creamos «La Asociación Cultural Puentipiedra». Su labor se encamina a realizar actividades durante todo el año para los residentes y personas que en determinadas épocas están en el pueblo. Esta asociación ya lleva en funcionamiento varios años. Con unos 115 socios colaboradores y ha dado un nuevo aire al pueblo con las actividades que durante todo el año realiza, para uso y disfrute de «TOD@S».